
Los pies tocan la superficie firmemente casi convenciéndome que no hay vacuidad alguna debajo de ellos y que la estabilidad no acabará. Pero la oquedad no tarda y caer se vuelve un ritual, viendo como todo se aleja… Como me alejo yo hacia la nada. Y parece infinita la sensación de ser victima de la gravedad, desearía no dejar de caer, y también dejar de esperar. Pero espero, espero el impacto que también aguarda por mí; aunque parece distante y no pienso en él, ahí está amenazando con consumar mi caída…
Pero mientras caigo me siento ligera, mi peso se vuelve mi enemigo y aún así es suficientemente liviano para dejarme disfrutar un poco más mi desprendimiento. No puedo evitar sentir que es mas seguro aquí. Aquí hay un arriba y un abajo nada mas, no estas dentro ni fuera… Sólo caes, mi corazón expectante se acelera, ya puedo sentir mi desplome en una superficie nueva, totalmente ajena a la que la mis pies tocaban anteriormente… A pesar de mi curiosidad por tocar la textura del nuevo pavimento, no quiero dejar de sentir esto, sentir que no soy dueña de nada, ni siquiera de la sensación que me causa descender… Me gusta esperar el impacto y flotar… “Y la única forma de flotar es caer”…